Manivela de arranque

Hará unos días, no me arrancaba el coche por problemas con la batería. Recordé entonces que, hace bastantes años, los automóviles incorporaban una manivela en el frente del vehículo, unida al cigüeñal del motor, para ser arrancados a mano. Pensé que, en momentos como aquellos, una manivela no vendría mal. Al poco, caí en la cuenta de que las manivelas de arranque no eran motivo de gracia. Los más viejos del lugar todavía recuerdan cómo se procedía a arrancar vehículos con manivela, advirtiendo seriamente que el retroceso del artilugio…

…podía arrancarte los dientes de un golpe, o romperte un brazo.

Parecía un poco exagerado, casi tan peligroso como arrancar un avión por medio de la tracción de la hélice. Finalmente, como casi siempre, la experiencia de los años ha mostrado tener razón, porque hace un rato, he mirado en un viejo manual de mecánica para encontrar el modo correcto de arrancar con manivela1, aunque ya ningún coche incorpore este sistema:

Si al avanzar el motor a mano con la manivela se pone el encendido muy avanzado puede ocurrir que, llegando la fuerza de la explosión al pistón antes de que éste alcance el p.m.s., retroceda el émbolo haciendo girar al revés el cigüeñal con peligro para el mecánico, pues si le coge en mala posición la mano agarrando la manivela sufrirá un fuerte golpe y fácilmente la fractura de la muñeca. Para evitar esto, cuando se arranque el motor a mano debe retrasarse el encendido y, además, coger la manivela en la forma que se ve en la figura, siempre tirando de abajo arriba. Al lado se representa el modo defectuoso de cogerla, abrazándola con el pulgar y empujando de arriba abajo: así agarrada, un retroceso del cigüeñal produce un golpe brutal contra el brazo.

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1 Cita e imagen procedentes de: Arias-Paz, Automóviles. 34ª Edición, 1966.