A estas alturas quien más quien menos en España se ha enterado que este lunes habrá un eclipse anular de Sol que creará una brevísima «noche» cruzando velozmente parte de la geografía ibérica. La cosa, aparte de su vertiente espectacular, me recuerda cierto asunto intrigante relacionado con los eclipses de Sol, la anomalía en los péndulos de Foucault.
La pregunta a responder es esta: ¿Tienen los eclipses solares algún efecto sobre el péndulo de Foucault? Naturalmente, para entender un poco la cuestión habrá que explicar primero qué es un péndulo de ese tipo. Explicar lo que es un eclipse de Sol creo que ya no hace falta a casi nadie, pero por si acaso, se puede encontrar explicado muy clarito en la wikipedia.
Un péndulo de Foucault, y que nadie se me vaya por las ramas recordando la novela de Eco, es símplemente un péndulo que puede oscilar libremente en cualquier plano vertical y puede permanecer en movimiento varias horas. Se utilizó para demostrar que la tierra rota sobre su eje y fue inventado por León Foucault. El dichoso péndulo, si se localiza en el ecuador, no rotará, pero si se coloca en los polos, rotará una vez cada día. En otro punto del geoide terrestre rotará proporcionalmente a su latitud.
Aquí viene lo «raro», una anomalía conocida como Efecto Allais y que, citando a Infoastro sería más o menos como sigue:
En 1954 y durante 30 días y sus 30 noches, Maurice Allais, tomó notas sobre el comportamiento de los péndulos de Foucault que iba poniendo en marcha cada 15 minutos. Registraba la dirección de la rotación (en grados) en su laboratorio de París. Este experimento se hizo coincidir con un eclipse total de Sol. Y durante éste, Allais observó que el péndulo se desviaba de su dirección habitual, cambiando su ángulo de rotación en 13,5°. Sorprendentemente este defecto se observó exclusivamente durante el tiempo que duró el eclipse (dos horas y media), antes y después de él el péndulo giraba a 0,19 grados/minuto.
Allais repitió el experimento durante otro eclipse de sol en 1959 y obtuvo resultados similares. Por estas investigaciones fue galardonado en 1959 con el Premio Galabert por la Sociedad Astronáutica Francesa y condecorado por la Fundación de Investigación de la Gravedad de los Estados Unidos. Por otra parte, en 1989 recibió el premio nobel por sus teorías de mercado y la utilización eficiente de recursos.
Hasta hace poco se consideró esta anomalía como un misterio inexplicado, que no inexplicable y algunos quisieron relacionar la cuestión con sus manías «esotéricas». Pero de oculto nada, parece ser (PDF), que las microvariaciones locales ambientales, causadas por las súbita disminución de la luz solar, son suficientes como para explicar la pequeña variación que muestra el péndulo durante el eclipse. De todas formas todavía no se ha tomado esta respuesta como definitiva puesto que se sigue hablando de posibles variaciones gravitacionales mensurables durante el eclipse.