Un viernes negro añejo (ordenadores de los 80)

Commodore Amiga 500 de 1987 (Imagen del manual de inicio original).

Hay muchas versiones que tratan de explicar la historia del «Viernes negro«, el día de las compras masivas de rebajas o «Black Friday» en inglés (muchas de ellas son ficticias, sobre todo una que aludía al mercado de esclavos). Con esta jornada, la siguiente al Día de Acción de Gracias, comienza en los Estados Unidos (y en prácticamente medio mundo) la campaña de Navidad. Pero, lo que comenzó a ser una tradición comercial norteamericana, se ha convertido en España en un día, una semana, un mes… de rebajas. Llegan correos electrónicos con ofertas por doquier y catálogos con rebajas de todo tipo se acumulan en el buzón. Y, que conste, una de las cosas que más me gustan son los catálogos comerciales (fuente inagotable de ideas gráficas y de contenidos), pero que todo el mundo se apunte a la misma corriente, puede llegar a aburrir al mayor fanático de las compras.

El bombardeo publicitario de estos días me ha recordado aquellos añorados tiempos en los que buscaba todo tipo de cacharros rebajados en catálogos impresos, de aquellos que cuando los tocabas te dejaban las manos manchadas de tinta. O bien, en muchas otras ocasiones, esperabas con ilusión la revista de informática que comprabas cada mes, para ver qué ofertas podías encontrar. Aquella odisea para encontrar los mejores ordenadores de sobremesa a precios accesibles (lo de tener un portátil era un sueño todavía), o los aparatos de audio, los juegos electrónicos y chismes de todo tipo en rebajas, podía ser toda una aventura. Recuerdo con añoranza aquél mes de diciembre de 1991 en el que compré mi primer ordenador (antes había accedido a otros prestados, pero tener uno en propiedad era «lo más de lo más»). Era un impresionante Packard Bell con microprocesador 386SX a 25MHZ… ¡con 40 MB de capacidad de disco duro, Windows 3.1 y MS-DOS 5! La leche, vamos, porque aunque no era ni de lejos lo más potente de la época, a mí me parecía estar entrando en otro mundo. Así que, dejando de marear las palabras, a modo de pequeño homenaje de aquellos tiempos, cuando Internet no le sonaba a nadie y como mucho te conectabas a una BBS con un ruidoso módem (me encantaba aquello), he aquí una pequeña selección personal de anuncios de los años 80 que nos predicaban un feliz mundo futuro a golpe de ordenador…

A principios de los años 80 en las revistas «serias» se podían encontrar anuncios de ordenadores para empresa que hoy nos pueden sorprender. En este caso, un Secoinsa Serie 40 de 1981 (el recorte procede e un ejemplar de «Investigación y Ciencia» de la época).
De la misma época y publicación procede este recorte de publicidad de Apple con destino al mercado profesional (en este caso lo que más me «mola» son los periféricos que aparecen en la imagen).
También en 1981 Canon nos «presentaba el futuro» con esta calculadora. Una de mis debilidades: los punteados fosforescentes de los displays de algunas calculadoras de la época (me gustan casi tanto como los tubos Nixie, ahí es nada).
Modelos para empresa de la casa DIODE, del 81. Lo mejor, sin duda, es leer las especificaciones de la imagen.
A comienzos de los ochenta numerosas empresas tradicionales de electrónica de consumo se lanzaron a conquistar el mercado de los ordenadores personales o para medianas y pequeñas empresas, un terreno donde IBM era el rey. He aquí Philips, con un lema publicitario ya gastado incluso entonces. La palabra «futuro» da para mucho.
He aquí la apuesta de Xerox para el año 82…
…y la publicidad «comparativa» de Olivetti para ese mismo año.
Otra de las eternas promesas del sector: «…por mucho que cambien las cosas, seguirá actualizado». Ay, de ilusión también se vive. Curioso ejemplar de TeleVideo del año 82.
Los juegos de ajedrez de la época eran una auténtica delicia. Este ejemplo de SciSys, del 85, costaba la friolera de 54.500 pesetas y se anunciaba de esta manera en la revista «Atari Explorer».
Ordenador «doméstico» de Sony para el año 1985. El original estaba bastante dañado, pero merecía la pena la imagen por el despliegue de periféricos. 😉
AMSTRAD, todo un clásico de la segunda mitad de los ochenta. Soñaba con tener uno de estos cuando estaba a finales de la EGB… pero nunca llegó el día. (Pincha en la imagen para ampliar).
El Telemach, con patente española creo recordar, era un accesorio para convertir el ordenador y sus periféricos en un centro multimedia. Todo un sueño de futuro a finales de los ochenta. Nunca llegué a ver uno en el mundo real, pero la publicidad era muy llamativa.
Investronica, un nombre que me trae muchos recuerdos.
Uno de los emperadores de la época, el Spectrum (pincha en la imagen para ampliar).

El repaso podría ser eterno, porque aparecieron multitud de máquinas, sobre todo en la segunda mitad de los años ochenta, pero como pequeño repaso personal creo que es suficiente, porque el ataque de nostalgia puede ser peligroso si aumento la dosis. Eso sí, antes de terminar, os dejo con mi favorito por los recuerdos que me trae. Con ustedes, el Commodore AMIGA 500 de 1987.

Commodore Amiga 500 de 1987 (Imagen del manual de inicio original).

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Nota: Hablando de viernes negro, aprovecho para comentar que este artículo contiene un enlace patrocinado. 😉