Hace tiempo que estuve cerca de uno de estos monstruos, pero se encontraba descansando sobre una vía asturiana, muy silencioso. Nunca había visto trabajar a uno hasta ayer, cuando desde Lavagoneta, pude contemplar por fin cómo desarrolla su labor un tren amolador SPENO en la noche asturiana.
Tren amolador SPENO, trabajando por Carlos Alonso en Vimeo.
¿A que es impresionante? Los trenes amoladores forman parte de la abigarrada flota de maquinaria de vía, compuesta por sorprendentes artilugios destinados a construir, conservar y mantener las vías del ferrocarril. En concreto, lo que se ve en el vídeo es un amolador de SPENO, empresa suiza especializada en este tipo de máquinas. La labor de un tren amolador es importante porque, gracias al uso de sus muelas, a su paso van rectificando las pequeñas diferencias que en el perfil del raíl se van acumulando con el paso del tiempo y de los diversos trenes que por él circulan. Dicho de otro modo, restauran el perfil inical, para evitar problemas que el desgaste y deformacion del material puedan provocar. Estos trenes cuentan con un avanzado equipo informático y de sensores láser y de ultrasonidos, que permite guiar al sistema de amolado y dejar los caminos de hierro como nuevos. Con su trabajo, se aumenta la vida de las vías, se mejora la seguridad y, también, el esmerilado cuidadoso que realizan hace que el paso de los trenes por la superficie tratada sea más silencioso y con menos vibraciones, al eliminarse las irregularidades presentes en el metal. Por cierto, igualmente se emplean en líneas de metro, donde su trabajo es también de gran importancia. Si, una noche, ves pasar por una vía un ferrocarril lento, chirriante y con aspecto de flotar sobre un colchón de ardientes chispas, no te has dado de bruces con un expreso al infierno, sino con una moderna pieza de alta tecnología que trabaja para mejorar la circulación férrea.
En la imagen, piezas abrasivas de un tren amolador. Fuente: Wikimedia Commons.
He aquí otros ejemplos de trenes amoladores.