Viviendo en un pulmón de acero

Hubo un tiempo en que los pulmones de acero, o máquinas de ventilación por presión negativa, poblaron grandes salas para asistir a personas que no podían respirar adecuadamente. Hoy las máquinas de ventilación mecánica de presión positiva han acabado prácticamente con los pulmones de acero, por lo que estampas como la que aparece a continuación pueden llamar la atención de muchos.


Pacientes en pulmones de acero durante la epidemia de polio de 1952. Fuente: Patenting the Sun, de Jane S. Smith, Morrow, 1990. Autor: Rancho Los Amigos Medical Center, Downey, California. Dominio público.


Los pulmones de acero proliferaron sobre todo en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, sobre todo para tratar a personas con poliomielitis que tenían graves problemas de parálisis respiratoria. Vivir dentro de uno de estos tubos de acero era la única forma de sobrevivir para muchos pacientes, aunque como puede imaginarse era una vida un tanto peculiar, por decirlo de forma suave. El paciente habitaba un tanque de acero, dejando únicamente en el exterior su cabeza. El interior de la cámara se sellaba herméticamente, manteniéndose en ella una circulación de aire bombeado que, de forma periódica, aumentaba o reduciá la presión, con lo que se facilitaba la tarea de respirar de forma bastante natural pues el «juego» de presión positiva y negativa imitaba bastante bien la propia fisiología de la respiración humana. Pero una cosa es ver una fotografía y otra muy distinta ver funcionar un pulmón de acero. Por eso, recomiendo ver con detenimiento el siguiente vídeo, que viene a ser una especie de manual de instrucciones sobre cómo operar adecuadamente un pulmón de acero. La verdad, creo que impresiona, sobre todo pensando que hubo personas que vivieron dentro de uno de estos salvavidas de acero durante décadas.


Película de la colección Wellcome. Licencia Creative Commons: Attribution-Noncommercial 3.0.