Estaré el sábado 10 de junio por la mañana firmando ejemplares de mi último libro, Aviones bizarros, en la Feria del Libro de Madrid, junto a José Manuel Gil, coautor del mismo (y el día 17 tendrá lugar la presentación en el aeródromo de Matilla, en Valladolid, durante el Aeromeeting 2017).
Al hilo de varios asuntos aeronáuticos que estaban relacionados con el contenido del libro, en una conversación de esta mañana se mencionaron ciertas formaciones que aparecen en la tobera de algunos aviones y que son muy atractivas. La nota de hoy es muy breve y sencilla. Baste mencionar que se trata de los conocidos como diamantes de choque (o anillos Mach), evanescentes formas similares a esferas ardientes que aparecen en el flujo supersónico de escape de motores a reacción, cohetes y similares, creando un patrón de onda estacionaria (el flujo sufre pequeñas variaciones de presión con respecto al medio circundante que se traducen en este patrón). Personalmente, esta fotografía es una de mis favoritas a la hora de mostrar el fenómeno. Se trata del despegue de un avión SR-71B operado por la NASA con el clásico patrón de diamantes de choque en el escape de poscombustión (Imagen de 1992, NASA-DFRC).