Auroras negras

Las auroras polares, comúnmente referidas como auroras boreales por ser en áreas árticas donde se acumula mayor número de observaciones, constituyen uno de los espectáculos naturales más impresionantes. Algunas veces, al discurrir las cortinas luminosas por los cielos, aparecen regiones oscuras, fantasmales, conocidas como negativos, antiauroras o, más comunmente, auroras negras. A través de éstas rasgaduras negras circulan corrientes de electrones ionosféricos hacia el espacio. Pueden verse en muchas formas, desde finos hilos ondulantes, hasta agujeros negros entre de la luminosidad de las auroras. Se trata de un fenómeno intrigante que no ha merecido gran atención hasta hace poco, pues se consideraba una simple rareza morfológica dentro del complejo mundo de las auroras.

Actualmente, gracias a las observaciones de satélite, se ha descubierto que las auroras negras guardan relación con los mecanismos existentes detrás de todo el fenómeno de las auroras, constituyendo regiones en las que los flujos de electrones ionosféricos ascendentes crean una especie de vacío que contrasta con su «negativo», las luminosas auroras formadas por corrientes descendentes de electrones. Como siempre, en casos así, lo mejor es contemplarlo en vivo o, si no se puede viajar a latitudes altas, confórmese uno observando fotografías…

img
Imágenes de Jan Curtis, 2000.

Más información:
Black Aurora Vs. Normal Aurora. Por Trond S. Trondsen.
Auroras negras. Marklund, Göran. Investigación y Ciencia, Número 322, Julio de 2003.
Relative drift between black aurora and the ionospheric plasma. E. M. Blixt, M. J. Kosch, J. Semeter. Ann. Geophys., 23, 1611-1621, 2005.