Plauson y la electricidad «estática»

imgLa época en que Tesla y Edison se hallaban en un momento de gloria, cuando la electrónica nacía y la ciencia ficción estaba en pañales, antes de que la bomba atómica borrara de golpe las ingenuas ensoñaciones que muchos tenían sobre el futuro, fue también la época dorada de publicaciones entrañables en las que se miraba a ese futuro –muchas dentro del género pulp–, semana a semana, mes a mes, de mil formas diferentes, entre dibujos fascinantes y una extraña mezcla de esperanza y temor. Sin duda, el rey de las publicaciones de anticipación fue Hugo Gernsback quien, además de ser uno de los principales impulsores de la ciencia ficción de principios del siglo XX, editó durante muchos años una de las revistas que más me han atraído, Science and Invention o, como se llamó en su primera época, Electrical Experimenter. Se trataba de una revista atractiva, que incluso hoy sería muy vistosa, compitiendo con los cientos de papeles de todo tipo que comparten escaparate, luchando por un hueco con el que mostrar algo de sus portadas entre «regalos» de periódicos y colecciones extravagantes. Science and Invention trataba de tecnología, de electricidad, la primera electrónica, del FUTURO, con mayúsculas. Plagada de dibujos, diagramas, ilustraciones a todo color y en blanco y negro deliciosas, hacía que sus lectores se mantuvieran al día de la tecnología de su época e intentaba dar un vistazo al prometedor-aterrador futuro. Uno de los visitantes habituales de sus páginas fue Nikola Tesla, cómo no, pero hoy no volveré a molestar al viejo mago de la corriente alterna, porque me he cruzado con otro «loco» de la electricidad que merece, al menos, una breve reseña.

Aunque hoy olvidado, en los años veinte llamaron la atención las patentes de Hermann Plauson, químico, ingeniero e inventor estonio que se empeñó en extraer energía eléctrica de la atmósfera. En los números de Febrero y Marzo de 1922 de Science and Invention, el mismísimo Hugo Gernsback se refiere a la idea de Plauson. Aunque pudiera parecer una locura, la cosa podría llegar a funcionar, aunque el diseño es tan aparatoso que aparenta lo contrario. Elévense al cielo cientos de gigantescos globos –o torres– cubiertos con finas capas de un material metálico, conéctense a tierra y, aprovechando la diferencia de potencial existente entre los dos medios, se generará corriente eléctrica. Las patentes de Plauson detallan con precisión tan básica idea, ahora bien, una cosa es que sea algo «posible» y otra que pudiera llegar a ser rentable.

Los dibujos de Science and Invention son completamente explícitos al respecto:

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Más información
:
Rexresearch | Hermann Plauson | Conversion of Atmospheric Electricity
Patente de los Estados Unidos US 1,540,998 | H. Plauson | Conversion of atmospheric electric energy»
Patente británica GB 157,263| Process and apparatus for converting static atmospheric electrical energy into dynamic electrical energy of any suitable high periodicity