Pu

PuLo típico, cuando la gente oye la palabra plutonio, es pensar en radiactividad, «cosas» nucleares y, sobre todo, peligro. No van muy desencaminados, aunque no sólo es peligroso este elemento por ser radiactivo. Recuerdo el memorable episodio de Los Simpson en el que Homer encarga que le envíen a una granja perdida de la mano del dios, desde la central nuclear de Springfield, un poco de plutonio para «sembrar» sus áridas tierras. El mutante resultante, mezcla de tomate y planta de tabaco, el tomacco, era muy adictivo, aunque de sabor espantoso.

Es ficción, claro, el plutonio no «vale» para eso, aunque ese brillo verdoso fosforito con el que lo pintan ya está tan arraigado en la mente de medio mundo que será difícil cambiar tan atractiva estampa por la de su real apariencia metálica. En realidad, el plutonio -símbolo químico Pu– es diferente a como se suele imaginar. Se trata del segundo elemento transuránido que se sintetizó, allá por 1940, gracias a G. T. Seaborg, E. M McMillan, J. W. Kennedy y A. C. Wahl. Todo un equipo de genios de la química que andaban tras algo muy extraño, un elemento peligroso que se ha convertido en todo un símbolo de la era atómica.

Bautizado plutonio, en honor del último planeta del Sistema Solar, Plutón -aunque ahora ha sido degradado y ya no se cuenta entre la familia de los planetas de nuestro Sol- el Pu, tras el americio, es considerado el elemento más raro de nuestro planeta, ocupando el puesto 94 en cuanto al orden de elementos por abundancia en la corteza de la Tierra. Sí, aunque pueda parecer raro, este elemento producido de manera artificial también existe, aunque en ínfimas cantidades, en la naturaleza, en concreto en minerales de uranio en forma de 239Pu.

Aunque todos los isótopos1 del plutonio son radiactivos, el más conocido e importante es el ya mencionado 239. Se han venido fabricando varias toneladas del mismo al año en reactores nucleares, por medio de captura de neutrones partiendo de uranio enriquecido. Dada su alta sección eficaz de fisión nuclear, es el elemento preferido para fabricar armas nucleares, he ahí por lo que tanta fama ha alcanzado.2

Pero es que, además de terrible heraldo del peligro atómico, el plutonio es un veneno potente a nivel químico, sin tener en cuenta la radiactividad. Este metal plateado que, desde luego, no brilla con verdor fosforescente ni nada parecido y que, para colmo, tiene un aspecto de lo más inofensivo, es bastante venenoso aunque, eso sí, a pesar de que a veces ha sido considerado como la substancia más venenosa conocida -desde el punto de vista de la toxicología química, claro está- en realidad es superado por otras substancias.

Más info: Plutonium Manufacture and Fabrication
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1 No sé si a estas alturas habrá alguien que, al menos, no tenga una idea intuitiva de qué es un isótopo pero, por si acaso, he aquí una breve y sencilla «definición»: Dado un elemento químico determinado, sus isótopos serán aquellos átomos que en su núcleo contengan el mismo número de protones -porque si fuera diferente ya no estaríamos hablando del mismo elemento- pero que difieren en su masa, al poseer diferente número de neutrones en su núcleo.
2 Manejar grandes cantidades de Pu es bastante peligroso, no sólo por el riesgo de la radiación o la toxicidad, sino porque, superada cierta masa crítica del mismo, se inicia una reacción de fisión en cadena. Por ejemplo, la masa crítica para el isótopo 239 es de 7,6 Kg. (Fuente: Atlas de química, Hans Breuer).

En la imagen: Anillo de plutonio. (Los Alamos Science #23 (1995), p. 170.)