Los colmenares tradicionales y el oso pardo

Desde hace ya tanto tiempo que nadie recuerda el momento en que fue levantado, cuenta mi familia con un vetusto colmenar a las faldas de la imponente Peña Redonda, en la Montaña Palentina, pintoresca construcción tradicional a la que corresponde esta fotografía que tomé en el verano de 2007.

Colmenar

Ese viejo colmenar y su entorno son para mí lugares muy entrañables en los que me siento realmente a gusto cada vez que los visito. Por esa razón, cuando la semana pasada visité Mapas, la tienda de cartografía que se sitúa en la Calle del León de Valladolid, no pude resistir comprar un librillo muy especial en cuanto lo descubrí en el escaparate. Se trata de Los colmenares tradicionales y el oso pardo en el norte de Castilla y León, obra de Ernesto Díaz, editada por la Junta de Castilla y León en 2008. Se repasa aquí, diría yo que con pasión, la diversa tipología de este tipo de construcción tradicional en el norte de España y, sobre todo, en Castilla y León, sus funciones, historia y su relación con el oso pardo. Es una verdadera delicia que, por lo que sé, no es muy fácil de localizar.

Pero, he aquí que casualmente he encontrado un documento online que repasa con detalle mucho de lo que aparece en ese libro y que también está realizado por el mismo autor, junto a Francisco Javier Naves. Quien esté interesado en este asunto y no pueda hacerse con el libro, encontrará muy interesante este documento que es realmente jugoso:

Colmenares_Tradicionales_do_NO_de_Espanha. Ernesto Díaz y Otero y Francisco Javier Naves Cienfuegos. AÇAFA On Line, nº 3 (2010). Associação de Estudos do Alto Tejo. (PDF).

Resumen del documento:

En el noroeste de España (Galicia, Asturias y Castilla y León) subsisten construcciones ligadas a la explotación apícola de notable interés etnográfico. Muchas de esas construcciones parecen estar concebidas con la finalidad principal, quizás exclusiva, de mantener las colmenas fuera del alcance de los osos pardos (Ursus arctos) y otros animales salvajes.

Los cortines -como se denominan en buena parte de su ámbito de distribución- son construcciones por lo general de planta circular, al menos los más antigüos, con elevados muros elaborados con piedra en seco, puertas de reducido tamaño y voladizo prominente. Estos apiarios albergan generalmente colmenas verticales elaboradas con troncos huecos de distintos árboles. Este tipo de colmenas parece vinculado a los pueblos del norte de Europa establecidos en áreas boscosas. La distribución geográfica de este tipo de colmenas y colmenares parece muy vinculada a la márgen norte y oeste del río Duero, de un modo similar a la de otras construcciones de la cultura castreña (de los castros celtas).

Aunque se mantiene en pie un elevado número de colmenares, su situación es de abandono, por la implantación de nuevas técnicas apícolas, o de elevada degradación, existiendo escasas iniciativas públicas y privadas para su restauración y puesta en valor, no existiendo figuras legales específicas de protección y no aplicándose en otras ocasiones medidas genéricas para este patrimonio etnográfico no catalogado hasta la fecha.