El tren atmosférico

Tren atmosféricoDurante siglos el vacío fue considerado como algo imposible, pero en el siglo XIX, tras aquella era de horror vacui, la tecnología se enamoró de este concepto y decidió aplicarlo a muchos aparatos novedosos.

El tren atmosférico, también conocido como pneumático, fue uno de esos grandes inventos debidos a la aplicación del vacío. Su principio de funcionamiento era bastante simple. Se establecían, dentro de un tubo, diferentes presiones de aire, por medio del bombeo del mismo desde uno de sus extremos. Así, se provocaba un efecto succionador, de tal modo que un objeto colocado en uno de los extremos del tubo sería succionado hacia el opuesto. Una idea sencilla pero genial.

Donde más se aplicó este concepto pneumático fue en el transporte de documentos, llegándose a construir en grandes ciudades desde mediados del siglo XIX y hasta bien entrado el XX, grandes marañas de tubos en el interior de edificios o surcando las calles entre diferentes inmuebles, en cuyo interior se movían velozmente cartas y otros documentos, impulsados por el efecto de succión. A falta de faxes y de correo electrónico, la idea era bastante práctica. Oficinas de correos, ministerios o grandes empresas contaron con grandes redes de este tipo. En algunos lugares de Nueva York, por ejemplo, todavía existen vestigios de aquella tecnología olvidada. Se cuenta que la red pneumática para documentos de la ciudad de Londres llegó a tener casi 35 millas de extensión hacia 1886.

Como enviar documentos entre departamentos de las empresas funcionaba tan bien, se decidió hacer lo mismo, pero para el transporte de personas y mercancías. Nació así el concepto de tren atmosférico. La idea quiso competir con el tren de vapor, aportando una solución más limpia, segura y silenciosa. Se construyeron varios de estos trenes pneumáticos, como el de Devon, Gran Bretaña, en 1846 o el subterráneo de Nueva York, de 1860.

Pero la «fiebre» por el vacío no terminó ahí, puesto que se llegó a plantear su utilización en casi cualquier aparato. Por ejemplo, en 1874 se presentó en Viena una idea, nunca realizada, para construír una red pneumática de transporte de cadáveres desde la ciudad al cementerio local.