Hacia el hospital esférico

A finales de 2008 publiqué un artículo titulado «El hospital esférico» en el que mencioné por primera vez este asunto. Lo que sigue es una ampliación de aquella historia, con nuevos datos e imágenes…

George Wall publicó en julio de 1920, en la revista Electrical Experimenter, un artículo acerca de una arriesgada propuesta para crear un nuevo tipo de hospital. Por entonces lo veían como algo futurista y poco práctico pero, aunque pueda sorprender, finalmente fue construido. El siguiente gráfico muestra una propuesta inicial del «hospital de alta presión».

Vista de «hospital de aire comprimido», con tres secciones diferentes: una para consultas, otra con los compresores y, finalmente, las cabinas de los pacientes (Electrical Experimenter, julio de 1920).

Para entrar de lleno en materia, he aquí varios gráficos de la patente original de Orval J. Cunningham, solicitada el 25 de octubre de 1920 y concedida en 1923, para su tecnología de terapia hiperbárica.

El médico de Kansas City Orval J. Cunningham publicó durante la década de 1920 los resultados de las investigaciones que había llevado a cabo en años anteriores. Para él, la terapia con oxígeno a alta presión era prácticamente una panacea. He aquí la cabecera de uno de sus artículos, publicado en Anesthesia an Analgesia en abril de 1927.

Cunningham era profesor de fisiología y anestesista, habiendo publicado entre 1908 y 1913 diversos artículos científicos acerca del uso de diversos gases en anestesia. Fue profesor en la Facultad de Medicina de Kansas City, cargo al que accedió en 1916, época en la que diseñó una máquina para suministrar gases anestésicos. Sin embargo, su experiencia con la pandemia de gripe de 1918 hizo que cambiara la orientación de sus investigaciones, pasando a investigar la terapia hiperbárica. Todo surgió de una observación: Cunningham anotó que los pacientes con enfermedades pulmonares parecían mejorar cuando cambiaban de altitud y se trasladaban de Denver a Kansas City y, de ahí concluyó que la mejoría se debía al aumento de oxígeno a menor altitud. La cuestión no quedó en una simple nota, sino que aquella idea se convirtió en su pasión para el resto de su vida. En aquel mismo año de 1918 construyó en Kansas City su primera cámara hiperbárica, un tanque en el que se suministraba aire a presión con alto contenido en oxígeno. Su éxito con dos pacientes de neumonía hizo que comenzara a tratar todo tipo de enfermedades con su cámara: sífilis, hipertensión, diabetes…

El tanque de tratamiento con aire a presión de Cunningham en Kansas City, hacia 1920. Más información.

Cunningham tuvo la suerte de tratar en ese tanque de presión a un acaudalado industrial, paciente urémico, llamado Henry Timken. El adinerado personaje, sintiendo que había rejuvenecido con aquella terapia hiperbárica, ofreció a Cunningham la increíble cantidad de un millón y medio de dólares de 1926. El objetivo de la donación era la construcción de un gran hospital en forma de esfera de acero en las cercanías de un sanatorio en Cleveland. Cunningham, centrado en su idea de curar todo tipo de males por medio del aire a presión enriquecido con oxígeno, pensó en curar enfermos de diabetes, hipertensión, anemia, sífilis, varios tipos de cáncer, artritis, neumonías y muchas otras dolencias.

Texas Journal, 28 de marzo de 1928. Fuente: Midtown KC Post.

Aquello se convirtió en la terapia de moda para las gentes con cierto nivel económico y, a pesar de que fue criticado con fuerza por muchos otros médicos y asociaciones profesionales médicas (no veían nada claro el asunto), nada hizo frenar los deseos de Cunningham. Sin embargo, la aventura naufragó poco después, sobre todo porque la Gran Depresión se encargó de hundir económicamente el sanatorio. Esto, junto con las críticas profesionales a la técnica empleada, hicieron que la «bola» de metal fuera pasando de un propietario a otro hasta ser desmantelada. Cunningham murió de un derrame cerebral en 1937 (precisamente el año en que el hospital esférico fue cerrado definitivamente) y, curiosamente, a pesar de que su idea original era demasiado optimista, algunos de sus planteamientos fueron validados con el tiempo. Eso sí, la terapia hiperbárica ha encontrado su hueco en aplicaciones muy determinadas y controladas, no valía para curar prácticamente cualquier cosa, como los promotores de la esfera imaginaron.

El hospital esférico de Cleveland (Cunningham Sanitarium), concluido en 1928, ofrecía terapia con oxígeno a presión a pacientes con muy diversos tipos de enfermedades. Visualmente el diseño del edificio era impresionante: una esfera de 900 toneladas de acero de cinco pisos, dotada de 38 cómodas habitaciones y 350 ventanas selladas en forma de ojo de buey, todo ello situado en medio de un precioso paisaje a orillas del lago Erie. En 1942, el acero del edificio fue empleado para el esfuerzo bélico de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El hospital esférico en construcción, 1928. Fuente: The Cleveland Memory Project.
El hospital esférico en todo su esplendor. Fuente: The Cleveland Memory Project.
Interior del hospital esférico en 1928. Fuente: The Cleveland Memory Project.
El hospital esférico abandonado, hacia 1942. Fuente: The Cleveland Memory Project.