Había oído hablar de ello, pero nunca me molesté en buscar imágenes sobre el tema, sobre todo porque pensaba que los resultados no serían nada del otro mundo. Como en tantas otras ocasiones, me equivocaba por completo. Esta mañana, una breve nota en la RAM, citaba la fotografía de un arco iris lunar. Por desgracia, la nota no contaba con más enlace de referencia que un acceso a la página principal de Spaceweather, así que, después de comer, en cuanto he tenido un rato libre, he buscado un poco de material adicional con resultados sorprendentes.
Ciertamente, la técnica para lograr fotografiar un arco iris lunar es algo complicada, a lo que habrá que sumar la suerte de encontrarse en el momento adecuado y el lugar preciso, pero si se unen todos los factores, las imágenes resultantes son espectaculares. He aquí la imagen citada por la RAM, tomada por Rob Ratkowski de Maui, en las Islas Hawai. Podemos aquí observar la Luna, el arco iris producida por su luz y, de paso, el planeta Venus.
Al igual que los típicos arco iris diurnos, la luz del sol, reflejada en la superficie de nuestro satélite, puede a veces ser suficiente como para que, al traspasar los «prismas» formados por pequeñas gotas de agua suspendidas en la atmósfera, forme un arco iris nocturno. Aunque a ojo desnudo este tipo de arco iris suele ser muy pálido, las cámaras fotográficas pueden captar todo su esplendor, únicamente jugando con habilidad con los tiempos de exposición y la obturación. A continuación, otro ejemplo de este sorprendente fenómeno óptico atmosférico.
Arco iris lunar, en la parte inferior del Salto del Yosemite, Estados Unidos.
Fuente: Wikimedia Commons.
Precisamente, son las cataratas uno de los lugares más adecuados para cazar un arco iris lunar, porque para esta tarea, además de paciencia y un equipo fotográfico, sólo se necesitará cielo despejado, una brillante luna en una posición baja con respecto al horizonte y la presencia de gran humedad ambiental, como sucede cerca de los saltos de agua.