Nos podremos quejar, o disfrutar, según se mire, el bombardeo cotidiano de publicidad en todo tipo de soportes, medios y situaciones, pero la cosa no es nueva. He aquí dos métodos publicitarios del siglo XIX que invadían, como hoy, espacios públicos insospechados. Desconozco el grado de extensión que llegaron a alcanzar, si es que fueron puestos en práctica alguna vez, pero no se dude que, como mínimo, eran originales y a las gentes de entonces seguro que les resultaron sorprendentes.
He aquí una máquina que, acoplada a un vehículo rodante, marca sobre la vía un mensaje publicitario continuo por medio de rodillos de tinta, como si las calles fueran una máquina de escribir gigante.
El segundo ejemplo no nos resultará extraño, no al menos para los habitantes de Gotham cuando observan el simbolo de cierto superhéroe reflejado en las nubes, solo que la idea estaba ahí mucho antes de que pasara al cómic.