Tengo en la recámara dos vídeos muy atractivos que comparten un elemento: la altura. El primero de ellos muestra lo que se ve desde la posición de observador instalado en la cabina frontal acristalada de un bombardero Lancaster de la Segunda Guerra Mundial volando en formación con otros aviones de su época en las celebraciones del Jubileo de Diamantes de la reina Isabel II en Londres. Me encantaría volar en un aparato así en el mismo puesto en la cabina y, si es sobre una gran ciudad, mejor todavía. Recomiendo ver el vídeo a pantalla completa, no dura mucho pero es impresionante.
La otra muestra de altura es de esas que no me gustaría protagonizar ni de loco. Si no te gustan las alturas, y no me refiero a volar en avión, mejor no lo veas. La acción comienza pasado el primer minuto, aunque la explicación inicial tiene su miga. El vértigo tiene que ver con labores de mantenimiento en lo alto de una antena de comunicaciones a cientos de metros de altura.