Una mirada a la Rusia de hace un siglo

imgHace ya bastante tiempo que se ha comentado por doquier el contenido de la exposición que la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos decidió dedicar a las fotografías de Prokudin-Gorskii, pero hasta hoy no había podido visitar con calma la galería que se ofrece en la red sobre ellas. He quedado impresionado, no todos los días puede contemplarse, en color, cómo era la vida de las gentes de hace una centuria y mucho menos de la mano de un maestro de la imagen. Recomiendo vivamente que, con calma, se visite la exposición, pues resulta de los más singular. Las fotografías de Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii (1863-1944) son más que capturas de luz sobre una placa de vidrio volcadas en papel. Se han convertido en un documento excepcional de toda una época, entre la Gran Guerra y la Revolución, en el marco del nacimiento de una industria gigantesca y el arduo trabajo en los campos. Sergei recogió con sus cámaras instantes comunes de los habitantes de diversas partes de Rusia de principios del siglo XX, participó en expediciones a lo largo del extenso país y nos legó su forma de ver el mundo. El fotógrafo, maestro de la técnica de coloreado sobre placas fotográficas de vidrio empleó una técnica, por él mejorada, capaz de fijar en blanco y negro las huellas de los colores gracias a la combinación de tres capturas sobre un trío de placas de cristal, a las que llegaba la luz tamizada por filtros para el rojo, el azul y el verde que, combinadas más tarde en proyectores preparados para ello, creaban la ilusión de color real revivido hoy con técnicas digitales recuperando los colores originales de cada trío de negativos. Sergei dejó Rusia en 1918 para establecerse, tras recorrer media Europa, en Francia. La Rusia que conoció estaba cambiando con rapidez, el Zar y su familia, para quienes había trabajado, fueron asesinados, el continente se encontraba en medio del caos provocado por la guerra y el mundo había cambiado para siempre. Pero la mirada de un fotógrafo ruso quedó ahí, congelada en cientos de placas brillantes que fueron adquiridas por la Biblioteca del Congreso en 1948. Hoy ven de nuevo la luz gracias a un escáner y a la red, para que todo el mundo pueda volver a contemplar a los habitantes de la Rusia del recién nacido siglo XX. Las imágenes que a continuación muestro son únicamente una leve selección del conjunto, que sirven para hacerse una somera idea de lo que contiene la colección.

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