No tiene nada que ver con el ficticio cronovisor -que ya visitó TecOb hace mucho- pero, como la propia palabra indica, el tema va del tiempo y su captura en forma de fotografía. Hace unos días los amigos kircherianos recuperaron de las brumas de la memoria, muy brevemente, a uno de esos pioneros de múltiples áreas de conocimiento a los que el paso de los años no ha tratado muy bien, vamos que hoy día casi nadie se acuerda de ellos.
Es el caso del francés Étienne-Jules Marey, nacido en 1830 y fallecido cuando el siglo XX nacía, allá por 1904. Era el típico personaje que no podía estarse quieto sin idear algo novedoso prácticamente a diario. Así, podría ser considerado como alguien que se adelantó a su tiempo y abrió caminos que, en un futuro, terminaron por dar lugar a nuevas ciencias. Sobre todo llamaron la atención sus actividades en el campo de la cronofotografía, esto es, la tecnología destinada a poder fotografiar el movimiento de cuerpos físicos utilizando una sola placa sensible a la luz. Más sencillamente, se trataba de ir fotografiando la evolución de un objeto en el tiempo, sobre un fondo negro, de tal forma que la placa resultante mostrase cómo ese movimiento cambiaba de una toma a otra. ¿No le suena a nadie de algo muy conocido? Sí, en efecto, esta técnica cronofotográfica de Marey fue tomada como base por los hermanos Lumière para crear… ¡el cinematógrafo!
La curiosidad movió a Marey para meter las narices en todo aquello que le interesó. Así, también es considerado pionero en cardiología, aviación, técnicas de análisis instrumental… Puede decirse que era un genio de la mecánica y, sobre todo, de la fotografía. Gracias a sus tomas de objetos en movimiento ganó impulso la idea del cine, algo que todos sabemos a lo que ha llevado. Inicialmente la pasión de Marey se centró en la fisiología -por ello se convirtió en médico tras estudiar en la Facultad de Medicina de París-, más concretamente se centró en la sangre. ¿Cómo circula la sangre por el interior de venas y arterias? Tras esta pregunta, llegaron muchas otras. ¿Cómo se mueven los músculos? ¿De qué forma bombea la sangre el corazón? Su atención se centraba en el movimiento en sí, no en las causas. Todo aquello que se moviera, se convertía en objeto de su curiosidad, desde los insectos a las máquinas. Para «capturar» y entender el movimiento, desarrolló muchos instrumentos de precisión que, ya de paso, convirtieron a Marey en pionero del análisis instrumental.
De sus estudios fotográficos, que abarcaron prácticamente todo bicho viviente con que se encontró, hoy quedan buenas muestras que pueden encontrarse en sus libros sobre el movimiento o en sus intrigantes placas cronofotográficas y dibujos. Pero, como cualquier descripción se queda corta, creo que lo mejor será mostrar unos cuantos ejemplos de lo que, con pasión por el movimiento y un cuidado extremo por los detalles, llegó a realizar aquel francés polifacético empleando, entre otras interesantes invenciones, una especie de rifle fotográfico:
Estudio sobre el movimiento humano
El vuelo del pelícano, toma realizada en 1882. (Nótese el cordel con que se ataba al pelícano para mantenerlo en el campo de visión de la máquina cronofotográfica.)
Toma realizada en 1901. Estudio sobre aire en movimiento, un trabajo pionero, también, de los actuales sistemas de estudio aerodinámico o túneles de viento. (Fuente: Cinémathèque française). Es altamente recomendable visitar la exposición dedicada a sus fotografías de fluidos.
Véase en TecOb una entrada relacionada: Libros Animados
Véase también: Biblioteca de Etienne-Jules MAREY