Los diez lugares más tóxicos del planeta

El Blacksmith Institute es una ONG de los Estados Unidos que, entre otras muchas actividades, publica anualmente diversas listas acerca de lugares contaminados de todo el mundo. Esa lista cambia con el tiempo, pues algunos de sus miembros desaparecen al mejorar las condiciones ambientales, mientras que aparecen otros para llenar el hueco. En la lista del año pasado los miembros de tan indeseable hermandad son todos terribles, como siempre. He aquí los diez sitios más tóxicos del planeta actualmente según la mencionada organización1:

  • Agbogbloshie, Ghana. Contaminación por basura electrónica.
  • Chernóbil, Ucrania. No requiere presentación, por desgracia. Contaminación nuclear.
  • Cuenca del río Citarum, Indonesia. Contaminación urbana e industrial.
  • Dezerzhinsk, Rusia. Contaminación por industria química.
  • Hazaribagh, Bangladesh. Contaminación por industria textil y de curtidos.
  • Kabwe, Zambia. Minas de plomo.
  • Kalimatan, Indonesia. Minas de oro.
  • Río Matanza-Riachuelo, Argentina. Contaminación industrial.
  • Delta del río Níger, Nigeria. Contaminación por pertróleo.
  • Norilsk, Rusia. Metalurgia y minería.

El orden es alfabético, no tiene nada que ver con un orden de mayor a menor contaminación, todos son igualmente peligrosos. Sin embargo, de todos ellos, el que más me llama la atención es, precisamente, el lugar que ocupa la primera posición.

Agbogbloshie, fotografía de Lantus (cc).

Agbogbloshie viene a ser el basurero electrónico más grande del mundo. Se trata de un barrio de Acra, capital de Ghana, que se ha convertido en un auténtico infierno sin ley. Se dice que es el lugar más contaminado de toda África, un sitio al que van a parar continuamente toneladas de residuos electrónicos de todo tipo que llegan desde infinidad de lugares de todo el mundo. No hay normas, no hay seguridad, sólo hay una ley: recuperar lo que sea valioso como sea posible.

Prolifera la contaminación por plomo, mercurio o cadmio. Enjambres humanos desmenuzan a diario lo que antaño fueron impresoras, ordenadores, televisiones o teléfonos móviles. Metales como el cobre o el acero son muy valiosos allí, todo un tesoro, por lo que no hay cuidado para emplear las técnicas que sean necesarias para recuperar lo que sea posible. En inmensas pilas de basura electrónica, niños y mayores se esmeran buscando metales sin seguridad alguna. Para extraer cobre, se queman grandes cantidades de cables con el fin de eliminar el plástico de recubrimiento. Las nubes de aire tóxico que surgen de esas hogueras son terroríficas. Se estima que la población total afectada por la contaminación de este tipo en tan siniestro lugar supera las 40.000 personas.

De interés: Galería fotográfica de Andrew McConnell sobre Agbogbloshie.

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1 Fuente: Investigación y Ciencia, enero de 2014.