El Transbordador del Niágara

Recientemente, gracias a Amio Cajander, he tenido conocimiento de una serie de libros sobre ingeniería, estructuras y arquitectura que con gran acierto mantiene en libre descarga la Fundación Esteyco. Entre todos ellos, hay uno que me ha gustado especialmente, sobre todo porque trata de uno de esos personajes de la historia de la técnica española que más han visitado TecOb1, el insigne Leonardo Torres Quevedo, ingeniero y matemático, pionero de la automática e informática, la aerostación y los sistemas de control remoto. Se trata de:

Entorno de Leonardo Torres Quevedo y el Transbordador del Niágara
Javier Rui-Wamba y Fernando Sáenz Ridruejo
Madrid, 1995. Edición en castellano, con 104 páginas y 68 ilustraciones.
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Además de repasarse la biografía de este genial creador de máquinas, la obra se centra en el Spanish Aerocar o, lo que es igual, el Transbordador del Niágara. Sobre el tema, escribí hace tiempo2:

Impresionantes fueron los modelos teledirigidos de Torres Quevedo, sus máquinas automáticas y calculadoras analógicas o sus dirigibles, pero si hay una obra que puede erigirse en ejemplo de su inventiva, no se dude que el transbordador aéreo que atraviesa las cercanías de las Cataratas del Niágara es su mayor joya. Fue inaugurado en 1916, pero sigue funcionando hoy día, lo que demuestra la fiabilidad y el buen hacer del ingeniero cántabro. Leonardo había recorrido un gran trecho intelectual desde que en 1887 construyera su primer modelo de transbordador, capaz de salvar un desnivel de cuarenta metros y con cerca de doscientos metros de recorrido. Con tal primitivo aparato de tracción animal experimentó su sistema de sostenimiento por medio de múltiples cables, una idea que lograba aumentar la seguridad de los transbordadores, con lo que su empleo para el transporte de personas mejoró mucho. Con varias patentes sobre el mismo sistema, que perfeccionó una y otra vez, fue presentando la idea por toda Europa. No es que recibiera mucha atención, incluso fue objeto de burla por parte de la prensa suiza, pero su perseverancia logró dar vida al transbordador del Monte Ulía en San Sebastián. El ingenio era tan seguro que, incluso aunque alguno de los cables de soporte se rompiera, la máquina conseguiría transportar su carga sin problemas. Fue, precisamente, su sobresaliente nivel de seguridad lo que logró hacer que recibiera el encargo más famoso de su vida. Las máquinas de cálculo analógico y los sistemas de radiocontrol que ideó son científicamente más importantes, pero no cabe duda que el transbordador del Niágara constituye su diseño más conocido. La vieja máquina logra sortear una distancia de casi seiscientos metros sobre las aguas cercanas a las cataratas con una elegancia sin igual y, lo que es más sorprendente, esta atracción turística sigue funcionando sin que nunca haya sufrido percances de importancia en sus más de noventa años de existencia.

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¿Acaso hacen falta más motivos para, en caso de hallarnos cerca de las famosas cataratas, ir a visitar tan sorprendente invento?
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1 Véase en TecOb, por ejemplo: El otro Leonardo (Texto pendiente de mejora estilística, como la mayor parte de los artículos de la primera versión de TecOb.)
2 Fragmento de mi artículo: Leonardo Torres Quevedo, genio universal. Historia de Iberia Vieja, Noviembre de 2007.

Para más información sobre Leonardo Torres Quevedo:
www.torresquevedo.org

Más información sobre el Transbordador:
Images database: Spanish Aero Car
Niagara Falls: Spanish Aerocar
Whirlpool Aero Car
Map of the Niagara Falls area