Un mapa del océano sin fin: la proyección de Spilhaus



Tenía pendiente desde hace bastante comentar algo sobre los mapas de Spilhaus, o más bien sobre su propuesta de proyección cartográfica, una de las más fascinantes que conozco. Aquellos que vivimos en esta canica azul y pardusca que es la Tierra solemos olvidar la importancia capital que tienen los océanos en todos los aspectos climáticos y biológicos, a fin de cuentas el océano es el principal elemento diferenciador de nuestro planeta con respecto al resto de los conocidos hasta ahora. Además, y ya atendiendo a cuestiones cartográficas, los mares y océanos son realmente sólo uno, todo está interconectado. ¿Por qué no crear un modelo de proyección cartográfica que muestre el océano en todo su esplendor como un sistema continuo? A esa pregunta quiso contestar en 1942 el geofísico, oceanógrafo e inventor sudafricano Athelstan Spilhaus. De sus esfuerzos por lograr hallar el mejor modo de visualizar procesos globales oceánicos nació su proyección cartográfica que, cómo no, lleva su nombre.

Athelstan Frederick Spilhaus (1911–1998) dedicó su vida con pasión a la investigación de los océanos. Aunque de origen sudafricano, desarrolló gran parte de su carrera en los Estados Unidos, donde desarrolló invenciones de importancia capital en el campo de la medición térmica de los mares. Destaca en este sentido su «batitermógrafo» (bathythermograph), una sonda destinada al registro de la temperatura en las profundidades marinas (en plena guerra fría el artilugio tenía su interés puesto que era tan sensible que podría incluso registrar los cambios de temperatura generados por la circulación de un submarino). Uno de sus proyectos más interesantes (una idea que no llegó muy lejos pero que era realmente atractiva y, además, contaba con el apoyo del genial Buckminster Fuller) fue la Ciudad Experimental de Minnesota. Se trataba de construir una ciudad completamente nueva en el norte de Minnesota, destinada a ser un espacio para experimentar nuevos modos de vida que mejoraran la habitabilidad de las ciudades: desde el tráfico hasta la calidad ambiental en un proceso de aprendizaje continuo.

Pasemos a su modelo de proyección cartográfica. Se trata de una combinación de las proyecciones de Hammer y Spielmann, con el conjunto centrado en la Antártida, punto desde el que se despliegan las superficies de todos los océanos formando un continuo con baja distorsión. Las masas continentales (son elementos secundarios y aparecen muy distorsionados), salvo la Antártida, aparecen como elementos marginales que marcan los límites de la mancha oceánica. El resultado es un precioso mapa de nuestro planeta que fija su atención sobre los océanos como un continuo sin fin. El siguiente gráfico muestra una primera aproximación de Spilhaus al problema de representar su concepto de «océano continuo», procedente de su artículo original de 1942 (ver bibliografía al final de este post).

En su libro de 1991 titulado Atlas of the World with Geophysical Boundaries, Spilhaus hace un repaso minucioso a diversos estudios de caso para hallar la mejor forma de representar el «borde» oceánico como un continuo. De hecho, en esta pequeña joya de la cartografía se plasman decenas de formas para lograr ese objetivo. He aquí, para finalizar esta breve nota, dos ejemplos incluidos en esa obra.

Bibliografía:
Maps of the Whole World Ocean. Athelstan F. Spilhaus. Geographical Review. Vol. 32, No. 3 (Jul., 1942), pp. 431-435.
World Ocean Maps: The Proper Places to Interrupt. Athelstan Spilhaus. Proceedings of the American Philosophical Society. Vol. 127, No. 1 (Feb., 1983), pp. 50-60.

Curiosidades adicionales:
Patentes de Athelstan F. Spilhaus
MPR News – How a far-sighted Minnesota scientist pointed America toward the future