No sabría decir si es demasiado recargado, aunque de lo que no cabe duda es que se trató de un signo de ostentación, casi como un desafío, típico de cierta época en la Unión Soviética. Se trata de un gran mapa de la URSS realizado a modo de mosaico, como símbolo de poderío y también como escaparate, a fin de cuentas se diseñó para la Exposición Internacional de Artes y Tecnología de París celebrada en 1937. En cada sección del mosaico aparecen ciudades y puntos clave del mapa resaltados por medio de rubíes, diamantes, amatistas y otras gemas.
En total, tres toneladas y media de arte cartográfico con cientos de piedras preciosas y semipreciosas encastradas que fue realizado por 667 artesanos a lo largo de casi un año de trabajo. Además del mapa, como tal, aparecen los emblemas de las diversas repúblicas que componían la URSS, salvo Moldavia y las repúblicas del Báltico. Las grandes ciudades y otros puntos importantes de la geografía soviética aparecen resaltadas con grandes piedras preciosas enmarcadas en oro. Leningrado con una alejandrita, el Polo Norte con un diamente y Moscú con una estrella de rubí acompañada por una estela de 17 diamantes.
El mapa estuvo expuesto en el Museo del Hermitage hasta hace unos años y actualmente se encuentra en proceso de restauración.