AMSTRAD Eterno [Libro]

Ordenador Amstrad CPC 464 de 1984. Imagen de Bill Bertram. CC-By-Sa.

Sucedió antes de las fiestas navideñas. Me encontraba en una librería de Ciudad Real y, de repente, un libro me asaltó. Me sucede de vez en cuando, ese tipo de asaltos son irresistibles y, siempre, dan como resultado una compra. En cuanto vi este libro en una de las estanterías, no dudé un instante en comprarlo: AMSTRAD Eterno. Mi niño interior de los ochenta lo exigía, no había capitulación posible. Y no me arrepiento, porque me encanta. Antes de nada, he de decir que, en aquellos años de la EGB, uno de mis más queridos objetos de deseo fue esta máquina…

Ordenador Amstrad CPC 464 de 1984. Imagen de Bill Bertram. CC-By-Sa.

Al final, tras mucho desearlo, nunca llegué a tener uno (mi primer ordenador «en propiedad» fue ya todo un 386SX), pero hubo otro aparato de la marca que recuerdo con cariño. Es más, aunque suene increíble, tras toda la caña que ha sufrido, todavía funciona perfectamente. Se trata de una cadena de sonido con Compact Disc AMSTRAD MCD-7, que compró mi padre allá por el año 1988. En esa época utilicé varios ordenadores AMSTRAD de mis amigos y, a pesar de que no se puede decir que fueran de un refinamiento excelso, hay que reconocer que son aparatos que marcaron toda un época. Hay pocas marcas que me hagan sentir esa clase de añoranza, y la creada por Alan Sugar, AMSTRAD (Alan Michael Sugar Trading) es, sin duda, una de ellas. Esa es la razón por la que, cuando en la librería me asaltó este grueso libro de Atila Merino, de tapa dura, buen papel e impreso a todo color, que repasa la historia de compañía y sus productos, no lo dudé un momento. Si te sucede lo mismo, te recomiendo que te hagas con un ejemplar, no te arrepentirás. Repito: IMPRESCINDIBLE. Os dejo con algunas fotos de mi ejemplar…

[amazon_link asins=’8417389520′ template=’ProductAd’ store=’carto06-21′ marketplace=’ES’ link_id=’0a3a21b0-0eb8-4f84-a52d-e389be3f7240′]