Recientemente un conocido me escribió para comentarme que acababa de poner a la venta un calendario del año 2020 basado en su magnífica colección de mapas (el calendario mola un montón, se puede encontrar aquí, o bien descargar una muestra en baja resolución). El caso es que el mensaje me sirve de excusa perfecta para recomendar visitar la web de esa colección cartográfica, que reúne un envidiable grupo de mapas antiguos de la península ibérica, la región valenciana y diversas cartas náuticas. Cierto es que no se encuentran en alta resolución, obviamente, pero se trata de una visita muy recomendable si te interesan los mapas antiguos. Sobre la pasión de coleccionista cartográfico, se comenta allí lo que sigue, que me recuerda en su forma apasionada de expresarse a lo que sucede con muchos coleccionistas que, sin ser geógrafos o cartógrafos, muestran un interés por los mapas que van más allá de ser un simple pasatiempo:
Una cierta afición por la historia y las antigüedades, me llevó un día a pensar en la posibilidad de comprar un mapa antiguo con fines puramente decorativos. (…) Uno de los motivos por el cual los mapas antiguos ejercen en mí una especial atracción, viene determinado por el hecho de que, en estas obras, pese a estar orientadas a una finalidad práctica y didáctica, cual era mostrar el mundo del modo más fidedigno posible en cada época, no se renunciaba al uso del arte. Cada mapa refleja una sensibilidad artística particular que depende de su autor y de los gustos del tiempo en que fue creado. Esa “impronta” cambia con cada época y es incluso posible determinar ésta al observar las cartelas, tipografía y otros elementos ornamentales.