Apiano y su Cosmografía

Petrus Apianus, o Pedro Apiano, (no se confunda con Apiano de Alejandría, el historiador clásico), fue uno de los cosmógrafos más célebres del siglo XVI. Alemán de nacimiento, trabajó como matemático al servicio de Carlos V, a quien dedicó su deliciosa obra astronómica Caesareum Astronomicum en 1540. Digamos que ese libro, donde se exponía una versión muy personal y detallada de la astronomía de Ptolomeo, no era muy manejable. Es una obra preciosa, dotada de detalles asombrosos y digna de permanecer expuesta, pero no de mucha utilidad en el manejo diario, por decirlo de manera sencilla.

Tampoco es que fuera un libro-objeto, ni mucho menos, pero distaba de llegar a ser una guía de bolsillo. Así pues, al bueno de Apiano se le ocurrió alumbrar una obra diferente, como la que quiero mencionar hoy, que data de 1548 en su versión en castellano añejo. Se trata de su Cosmographia. Esta maravilla reunía todo lo que Apiano consideraba imprescindible acerca del saber de su tiempo acerca de astronomía y geografía. Apiano, un tipo genial, fue de los primeros en aplicar las matemáticas de manera rigurosa al estudio astronómico y de la forma de nuestro planeta. Sus tablas trigonométricas alcanzaron justa fama y difusión, y su Cosmografia fue reimpresa en diversas versiones durante décadas. Lo que a continuación presento no es más que un extracto de diversos gráficos de esa obra, que he seleccionado tanto por su interés intrínseco como por su belleza. He aquí diversas imágenes que forman parte de esa obra. Recomiendo que sean disfrutadas con calma, seguro que hay muchos detalles que llamarán la atención a quien se acerque a estos gráficos. Ah, un apunte final. A Apiano le encantaba jugar con máquinas de cálculo, de hecho, fabricó algunas muy curiosas. En esta obra, como en otras suyas, añadió el uso de diales móviles (como si fueran infografías interactivas) para hacer que las tablas «hablaran». Ahí es nada…