El mundo no es como lo pintan



Para inaugurar este nuevo blog, todavía en pruebas, he decidido rescatar dos post acerca de temas cartográficos que publiqué hace meses en TecOb. Aquí va la primera muestra…

Los mapas, como realización humana, son subjetivos. No hay que escandalizarse por ello, es totalmente lógico. El que realiza un mapa busca un objetivo y, aunque quiera ser totalmente imparcial, no lo conseguirá.

De todas formas siempre han existido intentos por lograr el mapa «perfecto». Este es el caso de la proyección de Peters.

¿Cómo «deforma» la realidad un mapa «normal»? Me estoy refiriendo, por ejemplo a un mapa mundial en proyección mercator, vamos, como los que estamos acostumbrados a ver:

El mundo «europeo»

mercator_europa

El mundo «americano»

pacifico_mercator

Resulta evidente que:

Se centra el mundo a conveniencia de quien realiza el mapa. Se distorsionan los tamaños relativos de las masas continentales, con crecimiento excesivo en el hemisferio norte. A modo de ejemplo, Groenlandia suele aparecer mucho más grande de lo que realmente es, como le sucede también a Rusia. Por eso dice que se trata de visiones «colonialistas» del mundo.

Así que desde los años cincuenta muchos cartógrafos han propuesto utilizar la proyección de Peters que, al menos en teoría, respeta las superficies «reales» de nuestro plantea.

Así se ve el mapa del mundo según la proyección de Peters:

peters_mundo

El problema está en que esta proyección tampoco es «perfecta», ya que ninguna puede serlo y que su autor y partidarios la «vendieron» desde el principio como la mejor, sin tener en cuenta que los mapas son subjetivos por naturaleza. Además, no se trata de algo nuevo sino que es casi idéntica a una utilizada en el siglo XIX por Jame Gall. La proyección de Peters no es realmente equiárea porque las ecuaciones utilizadas en su desarrollo denotan algunos problemas a este respecto. Pero, ¿puede utilizarse este mapa para cambiar nuestra visión del mundo? Eso es lo que importa, volver a dar al sur la importancia geográfica que merece, tener una visión más realista de nuestro planeta. No será «perfecto», pero sí coloca algunas cosas en su sitio. A fin de cuentas, el mundo del colonialismo terminó hace décadas… ¿o no? 😉