Karel Zeman, mago de los efectos especiales de la «vieja escuela»

Karel Zeman (1910-1989), genio de los efectos especiales a la antigua usanza. Fuente: topzine.cz vía Wikimedia Commons.

Karel Zeman (1910-1989), genio de los efectos especiales a la antigua usanza. Fuente: topzine.cz vía Wikimedia Commons.
Lo llamaban el «Méliès checo», y creo que era una calificación que se quedaba muy corta. Hoy, entre diseños por ordenador, modelados 3D e inteligencias artificiales de mil madres, el trabajo de gentes como Karel Zeman tiene un mérito que merece ser recordado. Todo se hacía a mano y con toneladas de imaginación.

Este 5 de abril se cumplen 32 años de la muerte del director de cine, diseñador de producción y animador checo Karel Zeman, conocido sobre todo por su uso creativo de los efectos especiales en sus películas de fantasía que combinaban acción real y animación.

Zeman nació en 1910, en el entonces Imperio Austrohúngaro. Aunque sus padres insistieron en que estudiara economía (lo de meterse a eso del cine «no tenía futuro»), su verdadera pasión era la animación y los efectos especiales. En los años veinte estudió en una escuela francesa de publicidad y trabajó en un estudio publicitario de Marsella, donde realizó su primer anuncio animado (algo tan tópico como un producto de limpieza). Tras viajar por Europa y el norte de África, Zeman trabajó en publicidad para varias empresas checas.


Esta película echa un vistazo a películas realizadas entre 1947 y 1980 por Zeman y muestra cómo se lograron algunos de sus efectos especiales.


La Segunda Guerra Mundial interrumpió su carrera. Durante la ocupación alemana de Checoslovaquia, Zeman trabajó como director de publicidad en Brno. Por aquel entonces, el director de cine Elmar Klos llegó a la ciudad para rodar un noticiario sobre un concurso de escaparatismo que Zeman había ganado. Klos le ofreció trabajo en un estudio de animación, y aunque Zeman lo rechazó al principio porque su familia ya se había instalado en Brno, finalmente aceptó en 1943. En su nuevo trabajo, Zeman trabajó como ayudante de la pionera animadora Hermína Týrlová1, y en 1945 se convirtió en jefe del grupo de producción de animación stop-motion2. Ese mismo año realizó su primer cortometraje, Sueño de Navidad, en colaboración con el director de cine y guionista checo Bořivoj Zeman.

Pero la verdadera carrera de Zeman como director de cine comenzó con la creación de su propia serie de cortos satíricos de animación protagonizados por una marioneta llamada Sr. Prokouk, que tuvo un gran éxito y se convirtió en una de las favoritas de los checos. Su experimento con la animación en vidrio dio como resultado un cortometraje que narra una poética historia de amor sin palabras utilizando figuras de vidrio animadas3.

El momento clave en la carrera de Zeman llegó en 1955, cuando comenzó su obra más conocida, una serie de seis largometrajes artísticamente diseñados para combinar técnicas de acción real y animación. La obra de Zeman influyó en animadores y cineastas como Jan Švankmajer, Terry Gilliam y Wes Anderson, que ha incluido homenajes a su obra en sus propias películas. Aunque Zeman experimentó con formas más clásicas de animación, como una serie de cortos sobre Simbad el Marino, su legado se define por sus películas de acción real.


Como complemento al tema de los efectos especiales a la vieja usanza, he aquí este documental que detalla el trabajo que se llevó a cabo en la película King Kong de 1933, incluido el proceso de preproducción y el trabajo de efectos especiales.


1 Hermína Týrlová fue una directora y productora checa de películas de animación, conocida por producir alrededor de 60 cortometrajes de títeres animados con la técnica stop-motion.
2 La técnica de cine stop-motion consiste en tomar fotografías de objetos o muñecos moviéndose muy lentamente, fotograma por fotograma, para luego unirlas en secuencia y crear la ilusión de movimiento. Es un proceso complejo y muy pesado, pero si se hace bien los resultados son impresionantes.
3 La técnica de animación en vidrio utiliza un sistema similar al stop-motion. Para ello, se usan figuras de vidrio transparentes que se colocan sobre un fondo negro y se iluminan desde abajo para lograr un efecto de transparencia. Se toman fotogramas de cada pequeño movimiento de las figuras, y se unen en secuencia para crear la ilusión de movimiento. Es una técnica muy laboriosa que requiere de mucho tiempo y toneladas de paciencia.