¿Es un pájaro? ¿Es un avión?

Pues sí, se trata de un avión, más feo que Picio, pero avión a fin de cuentas. Hace poco estuve revisando un libro sobre los peores aviones de la historia1, algunos de los cuales ya han visitado TecOb, cuando me encontré con este engendro del que no tenía noticia. Se trata del Caproni Stipa de 1932, un osado diseño volante con cinco metros y medio de fuselaje y más de catorce metros de distancia alar, animado por un motor De Havilland Gipsy III capaz de hacer que esta especie de insecto gigante volara a más de 130 kilómetros por hora. Diseñado por Luigi Stipa y llevado al mundo real por la compañía italiana Caproni, sirvió como avión experimental para demostrar la capacidad de convertir el fuselaje al completo en un conducto para el flujo propulsor de la hélice. La idea no era mala, pero para que funcionara bien hacía falta algo que tardaría un poco en llegar, esto es, un reactor. Al contrario de lo que pueda pensarse, era bastante estable en vuelo, tanto que era complicado hacerlo cambiar de rumbo. Este aparato sirvió para acumular experiencia a la hora de desarrollar el avión turbopropulsado Caproni Campini N1, uno de los primeros aviones a reacción del mundo.

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Más información:
Modern Mechanix | New Italian Airplane for High Speed is a Flying Tunnel (Jan, 1933)
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1 ¡Gracias por compartirlo Domingo! Datos del libro: The World´s Worst Aircraft. From pioneering failures to multimillion dollar disasters, de Jim Wincherter. Grange Books, 2005.