Los cazaminas del aire

En la Segunda Guerra Mundial una de las principales amenazas navales, o defensas, según se estuviera en uno u otro lado de la línea de combate, fueron las minas marinas. Pensadas sobre todo para operar en puertos, aparecían por doquier como barreras capaces de enviar a pique cualquier nave. Se diseñaron y desplegaron todo tipo de minas, algunas colocadas por barcos especiales, otras lanzadas desde aviones. En ocasiones las minas creaban grandes líneas de defensa, en otras, quedaban flotando de forma solitaria convirtiéndose en pesadillas muchas veces olvidadas hasta que explotaban con la proximidad de algún barco que, ignorando su presencia, tenía la mala suerte de cruzarse con tan terribles artilugios.

Ahora bien, el más terrorífico tipo de minas marinas de la época fueron las de tipo magnético. Dotadas de sensores capaces de detectar la proximidad de los cascos metálicos de los buques, no necesitaban entrar en contacto físico con ellos para explotar, sino que por medio de detección magnética explotaban por proximidad.

¿Cómo eliminar esta amenaza de las aguas? Son muy conocidos los barcos dragaminas, muy avanzados actualmente, dotados de cascos especiales y de sistemas de detección con precisión sorprendente. Pero durante la Segunda Guerra Mundial, aunque existían dragaminas, lo tedioso del proceso de limpieza de las aguas en puertos y en barreras de minas marinas de todo tipo hizo que se pensara en un método de limpieza muy especial. Así, nacieron los aviones cazadores de minas dotados de anillos magnéticos. Este tipo de aviones contaron con algunas de las siluetas más extrañas de toda la historia de la aviación. La idea era sencilla, pero su materialización no fue nada fácil. A un avión convencional se le añadía un sorprendente accesorio, a saber, un gigantesco electroimán con el que se barrían a baja altitud las áreas minadas con la esperanza de activar los sensores magnéticos de las minas y, así, ser desactivadas a distancia. Esta técnica fue particularmente útil en zonas minadas de pequeño tamaño o de difícil acceso para los barcos dragaminas. He aquí algunos de los más curiosos ejemplos de aquellos extraños aviones dotados de anillos magnéticos.


Un avión británico Vickers Wellington DWI destinado en África mostrando su imponente anillo magnético cazaminas.


Blohm & Voss Bv 138 alemán.


Junkers Ju 52 MS.