De quirománticos y nalguimánticos

quevedo_cosasFrancisco de Quevedo era un borde de cuidado, pero no lo era con todo el mundo. Ciertamente, si alguien le caía mal, se exponía a ser objeto de brillante sátira. Ahora bien, el pensamiento supersticioso le sacaba de sus casillas, de ahí que, por ejemplo, aparezca cierto comentario suyo, que no tiene desperdicio, sobre los quirománticos en su Libro de todas las cosas y otras muchas más. Agudo es poco…

Todas las rayas que vieres en las manos, oh curioso lector, significan que la mano se dobla por la palma y no por arriba, y que se dobla por las junturas; y por eso están las grandes en las coyunturas désas, como es cuero delicado, resultan las otras menudas. Y para ver que esto es así mira que en el pescuezo y frente, caderas, corvas y codos y sangraduras y nalgas, por donde se arruga el pellejo y en las plantas de los pies hay rayas. Y así había de haber, si fuera verdad (como hay quirománticos), nalguimánticos, y frontimánticos y codimánticos y pescuecimánticos y piedimánticos.

Todo el librillo es así, por lo que no dudo en recomendar recorrer ese texto, hay respuestas para todo y para todos. ¡Avisado quede el incauto!