A diario, nuestros cinco sentidos nos proporcionan todo tipo de estímulos. Será el cerebro quien discrimine, analice y considere dignos de atención unos sobre otros. Caminando por las calles de una ciudad o, sencillamente, escribiendo ante un ordenador, nos llegan de manera continua sonidos que son mayoritariamente «descartados» por el cerebro y no somos conscientes de su presencia. Ahora mismo, al utilizar el teclado del portátil, cada pulsación genera su característico sonido. En condiciones normales, sin prestar atención, se convierten en sonidos que pasan desapercibidos, sobre todo por su cotidianidad.
Para registrar y creear un mapa sonoro del mundo, un ejército de personas apasionadas por los sonidos de todo tipo, armados con grabadoras, registran el paisaje sonoro que nos rodea y que, casi siempre, ignoramos. He aquí un lugar excepcional para comenzar a explorar ese «nuevo» mundo:
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