Nueces de betel

nueces_betel¿Nueces de qué…? Eso se preguntará mucha gente. Aunque me sonaba mucho el término, no lograba ubicar mentalmente tan interesante fruto. Hace poco leí una pequeña nota sobre la nuez de betel en National Geographic y me picó la curiosidad1. Aquí, en Europa, no es algo muy conocido, pero en oriente, al parecer, está muy de moda, sobre todo entre la juventud y hay quien habla de estas nueces como si de una droga se tratara, puesto que se han asociado a diversas patologías en algunos estudios científicos.

Como si fuera una golosina, en muchas ciudades indias o chinas y, en general, en toda Asia oriental, proliferan los puestos de venta ambulante de nueces de betel, las semillas de la palma betel (Areca catechu), que se consumen recubiertas de cal apagada2, hojas de betel o junto con otros ingredientes, tal y como se hace en la India, el lugar donde tiene su mayor mercado, mezclándose lima, clavo o cardamomo, tras haber cortado las semillas en pequeñas porciones. Tradicionalmente se han utilizado las nueces de betel en diversas ceremonias rituales. Hoy, en cambio, ha pasado a convertirse en una especie de aperitivo saciante y estimulante3, siendo masticadas como si fueran tabaco, tiñendo la saliva de un característico color rojo.

TaipeiCon las nueces de betel sucede como con todo, no sé si su consumo como «golosina» en oriente será malo a dosis adecuadas pero, naturalmente, su ingestión en grandes cantidades o por períodos grandes de tiempo genera problemas de salud. Se ha asociado al consumo de nueces de betel, unido con multitud de aditivos como los mencionados, a la aparición de cáncer bucal, problemas circulatorios y cardíacos, respiratorios e incluso cirrosis y diabetes. Según los últimos estudios toxicológicos, se ha demostrado que contienen substancias carcinogénicas, con lo que podríamos estar ante un grave problema de salud en un futuro no muy lejano, dado el gran incremento en su consumo tanto en oriente, como en comunidades de emigrantes de aquellas tierras localizados en otros lugares del planeta y que han «importado» esta costumbre. Mientras tanto, cientos de jovencitas con provocativos vestidos tientan a la clientela, mayoritariamente masculina, para que compren estos frutos «prohibidos» en las calles de las ciudades asiáticas, como en Taipei, tal y como se ve en la fotografía.

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1 National Geographic España. Junio 2006.
2 Hidróxido cálcico.
3 Su contenido en alcaloides y substancias con efecto similar a la nicotina explica esos efectos.