Ulysses 31, recordando la niñez

Ulysses31Estos días del puente de Mayo las tiendas no abren, así que si uno no quiere ver el frigorífico peligrosamente vacío, lo mejor es reponer existencias. Dicho y hecho, a pasar un rato por la tarde a un centro comercial. En esto estábamos cuando, al pasar por la sección de DVDs, mis ojos, seguidos por mi cabeza, giraron inesperadamente al ver en una de las estanterías algo que nunca había pensado en volver a ver. No puede ser… me dije a mí mismo. La incredulidad dejó paso con rapidez a una mezcla de alegría y sorpresa. Pues sí, ahí estaba, el pack completo de la serie de dibujos animados Ulysses 31, aquella que tanto me gustó cuando apenas era un chavalín que no podía ni subirse a una silla. Pura nostalgia ochentera. De precio no andaba nada mal, así que ¡¡para casa!! ¿Cómo me sentitía al volver a ver estos «dibus» más de veinte años más tarde?

Puede que no sea más que un impulso un tanto «ñoño», pero este tipo de cosas siempre te hacen recordar buenos e infantiles tiempos. ¿Qué diablos será eso de Ulysses 31? Difícilmente alguien que no viera estos dibujos animados de ciencia ficción, si se pude decir así, allá por los comienzos de los años ochenta, podrá saber de qué se trata. Desconozco si se ha emitido en otras épocas, o si se ha visto en alguna cadena, en España, que no fuera TVE, aunque alguien me ha dicho en la Cuatro lo han repuesto, pero como casi no veo la «tele», ni me entero. Recuerdo que, cuando lo emitían hace tanto, lo hacían los fines de semana, en los «dibus» que emitían después del Telediario de las tres de la tarde, en aquellos tiempos en que muchos todavía llamaban a las noticias «el parte».

Para los jovenzuelos que nunca hayan oído hablar de esta serie, a la que muchos consideran ya «de culto», resumiré brevemente de qué trata. Basándose en la Odisea de Homero, se plantean una serie de aventuras «espaciales» del siglo XXXI, en las que Ulises, su hijo Telémaco, un curioso robotito llamado Nono y una niña muy rara y azulada, Thais, sortean todo tipo de trampas y peligros en una región del espacio gobernada por los Dioses, buscando el camino de regreso a la Tierra. Los dibujos son una curiosa síntesis de técnica japonesa y europea, más bien francesa, creándose una estética muy particular y atractiva. Puede que a los niños de hoy este tipo de series no les gusten tanto pero, por mi parte, he de reconocer que volver a recordar aquellos días, me hace sentir muy bien.