Medusa volante

Bicho raro donde los haya, en cuanto he visto esta máquina no he podido resistir la tentación de comentar algo sobre ella. Veamos, ¿qué narices es esto? La patente original que describe su funcionamiento, porque no se puede ir mucho más allá teniendo en cuenta que nunca pasó del papel al mundo real, lleva por título «máquina aérea». Esa patente, la US2000068 de 1934, concedida a tal John Auguste Domenjoz de Nueva York, que supongo que no tendrá nada que ver con el pionero de la aviación John Domenjoz, lucía tal y como aparece en la siguiente imagen de Modern Mechanix publicada en febrero de 1936.

Modern_Mechanix

Desconozco si hubiera podido volar, pero al menos es un mecanismo tan ingenioso como complicado, digno de mención. El objetivo principal era la construcción de atalayas volantes donde observadores de artillería pudieran «flotar» libremente, para no depender así de globos de vigilancia. Un motor de pistones bombearía aire al interior de una especie de campana de tal forma que la nave surcaría los cielos de forma análoga a como una medusa viaja en el agua. En caso de emergencia, como por ejemplo una parada en el motor, un paracaídas se desplegaría partiendo del punto más elevado del vehículo para permitir un descenso suave. Realmente ingenioso, aunque me temo que poco práctico. 😉