El pueblo móvil

imgNo es extraño que hoy día, en ocasiones que lo requieran, se decida mover un edificio desde su localización original hasta su nuevo hogar. A veces, los gigantescos vehículos encargados del traslado de los edificios recorren muchos kilómetros soportando tan delicada carga. Ahora bien, hace noventa años, ¿pudo hacerse eso con todo un pueblo? En cuanto me enteré de este caso me acordé de cierta ocasión en que todo Springfield tuvo que ser desplazado, casa a casa, por culpa de las meteduras de pata de Homer Simpson. Algo así es lo que se vivió en cierto pueblo de Texas allá por 1919. La primera pista me llegó del siempre inquieto John Ptak. La historia era tan apasionante que, pensé, debiera haber huellas de ella en muchas partes. O bien no he sabido encontrarlas, o es que a las gentes del lugar la proeza de mover todo un pueblo no les pareció gran cosa, el caso es que no he localizado mucho material.

He ahí mi frustración con respecto a este caso, porque lo poco que he encontrado sugiere toda una historia sorprendente, pero ignota. Hasta donde he llegado, lo que parece cierto, aunque mientras no lo pueda confirmar por medio de varias fuentes permanecerá en cuarentena, es que en 1919 todo un pueblo del Condado de Ochiltree, al norte de Texas, decidio «moverse». He encontrado algunas diferencias en cuanto a topónimos y distancias, pero básicamente la historia sería como sigue. En el citado año de 1919 más de trescientos habitantes de Ochiltree decidieron que, dado que su pueblo había quedado a bastantes kilómetros del nuevo ferrocarril, era preciso mover todo el pueblo hasta la nueva estación, localizada en Perryton. Y, así, cargaron sus casas, tiendas, escuela e iglesia sobre plataformas rodantes, de los que tiraban grandes tractores agrícolas. El lugar donde una vez se encontraba el pueblo quedó abandonado, salvo por el cementerio y algunas viejas casas, de las que hoy apenas quedan recuerdos. El resto de la gente, con todas su pertenencias, hizo buena la frase «con la casa a cuestas» y se desplazó sobre ruedas hasta que las dos poblaciones quedaron unidas a la vera del ferrocarril. Esta aventura mereció que Popular Mechanics dedicara todo un reportaje y la portada de su número correspondiente al mes de febrero de 1920, pero de ahí no he podido pasar. Tengo la portada y una ilustración interior, pero el contenido del artículo no. En Google Books están digitalizados todos los números de Popular Mechanics, salvo los de 1920. Y, por culpa de esta casualidad, me he quedado con las dudas. Por otra parte, la gente de Perryton, en su web oficial, menciona el hecho y comenta algunos detalles, pero no van más allá. Para ellos, eso de mover todo un pueblo no parece que fuera algo excepcional, por lo que no han dedicado más que unos párrafos a narrarlo. De haber sucedido en otros lugares, más dados a aburrir con viejas historias, a buen seguro que aparecerían artículos, y hasta libros, recordando la proeza de los pioneros. En fin, espero encontrar más material sobre este intrigante pueblo móvil algún día. De momento, vaya aquí la ilustración, que puede servir para hacernos una idea de lo sucedido.

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