Cuando he visto la reseña en Make, esta mañana, no he podido evitar lanzar una exclamación de asombro. Contemplar las imágenes que ofrece el Museo Kurchatov de Kazajistán supone viajar a otra época, incluso podría decirse que a otro mundo. He aquí algunas de las joyas que fueron utilizadas desde los años cuarenta y hasta la década de los setenta en Semipalatinsk, concretamente para realizar diversos estudios en un laboratorio de pruebas de armas nucleares.
Por cierto, y a modo de curiosidad relacionada con vetustas tecnologías, ya está disponible el número cinco de SteamPunk Magazine.