He de reconocer que el título tiene poco sentido, porque en realidad no son fotografías pero, si no se conoce cómo han sido realizadas, ¿qué pensaría alguien que las observara por primera vez? He aquí dos ejemplos, la sorpresa se desvela al final.
Bien, pues la sorpresa es que, lo que parecen fotografías aéreas en el más clásico sentido del término, no son más que dibujos, auténticas obras de arte de la mano de Ross Racine quien, armado con unos sencillos pinceles digitales y sin partir de ningún tipo de imagen real, ni fotografía o mapa de cualquier tipo, traza imaginarias escenas aéreas con maestría singular.